sábado, 29 de agosto de 2020

LA BIBLIA: 2 CORINTIOS 2

 
LA BIBLIA
2 CORINTIOS 2
1. Esto, pues, determiné para conmigo, no ir otra vez a vosotros con tristeza.
2. Porque si yo os contristo, ¿quién será luego el que me alegre, sino aquel a quien yo contristé?
3. Y esto mismo os escribí, para que cuando llegue no tenga tristeza de parte de aquellos de quienes me debiera gozar; confiando en vosotros todos que mi gozo es el de todos vosotros.
4. Porque por la mucha tribulación y angustia del corazón os escribí con muchas lágrimas, no para que fueseis contristados, sino para que supieseis cuán grande es el amor que os tengo.
Pablo perdona al ofensor
5. Pero si alguno me ha causado tristeza, no me la ha causado a mí solo, sino en cierto modo (por no exagerar) a todos vosotros.
6. Le basta a tal persona esta reprensión hecha por muchos;
7. así que, al contrario, vosotros más bien debéis perdonarle y consolarle, para que no sea consumido de demasiada tristeza.
8. Por lo cual os ruego que confirméis el amor para con él.
9. Porque también para este fin os escribí, para tener la prueba de si vosotros sois obedientes en todo.
10. Y al que vosotros perdonáis, yo también; porque también yo lo que he perdonado, si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo,
11. para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones.
Ansiedad de Pablo en Troas
12. Cuando llegué a Troas para predicar el evangelio de Cristo, aunque se me abrió puerta en el Señor,
13. no tuve reposo en mi espíritu, por no haber hallado a mi hermano Tito; así, despidiéndome de ellos, partí para Macedonia.
Triunfantes en Cristo
14. Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento.
15. Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden;
16. a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente?
17. Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo.

jueves, 27 de agosto de 2020

LA BIBLIA: 2 CORINTIOS 1

 
LA BIBLIA
2 CORINTIOS 1
Salutación
1. Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, a la iglesia de Dios que está en Corinto, con todos los santos que están en toda Acaya:
2. Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Aflicciones de Pablo
3. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación,
4. el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.
5. Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación.
6. Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación y salvación; o si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación, la cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos.
7. Y nuestra esperanza respecto de vosotros es firme, pues sabemos que así como sois compañeros en las aflicciones, también lo sois en la consolación.
8. Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida.
9. Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos;
10. el cual nos libró, y nos libra, y en quien esperamos que aún nos librará, de tan gran muerte;
11. cooperando también vosotros a favor nuestro con la oración, para que por muchas personas sean dadas gracias a favor nuestro por el don concedido a nosotros por medio de muchos.
Por qué Pablo pospuso su visita a Corinto
12. Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana, sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con vosotros.
13. Porque no os escribimos otras cosas de las que leéis, o también entendéis; y espero que hasta el fin las entenderéis;
14. como también en parte habéis entendido que somos vuestra gloria, así como también vosotros la nuestra, para el día del Señor Jesús.
15. Con esta confianza quise ir primero a vosotros, para que tuvieseis una segunda gracia,
16. y por vosotros pasar a Macedonia, y desde Macedonia venir otra vez a vosotros, y ser encaminado por vosotros a Judea.
17. Así que, al proponerme esto, ¿usé quizá de ligereza? ¿O lo que pienso hacer, lo pienso según la carne, para que haya en mí Sí y No?
18. Mas, como Dios es fiel, nuestra palabra a vosotros no es Sí y No.
19. Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros, por mí, Silvano y Timoteo, no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en él;
20. porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios.
21. Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios,
22. el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.
23. Mas yo invoco a Dios por testigo sobre mi alma, que por ser indulgente con vosotros no he pasado todavía a Corinto.
24. No que nos enseñoreemos de vuestra fe, sino que colaboramos para vuestro gozo; porque por la fe estáis firmes.

miércoles, 26 de agosto de 2020

LA BIBLIA: 1 CORINTIOS 16

 
LA BIBLIA
1 CORINTIOS 16
 
La ofrenda para los santos
1. En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia.
2. Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas.
3. Y cuando haya llegado, a quienes hubiereis designado por carta, a éstos enviaré para que lleven vuestro donativo a Jerusalén.
4. Y si fuere propio que yo también vaya, irán conmigo.
Planes de Pablo
5. Iré a vosotros, cuando haya pasado por Macedonia, pues por Macedonia tengo que pasar.
6. Y podrá ser que me quede con vosotros, o aun pase el invierno, para que vosotros me encaminéis a donde haya de ir.
7. Porque no quiero veros ahora de paso, pues espero estar con vosotros algún tiempo, si el Señor lo permite.
8. Pero estaré en Efeso hasta Pentecostés;
9. porque se me ha abierto puerta grande y eficaz, y muchos son los adversarios.
10. Y si llega Timoteo, mirad que esté con vosotros con tranquilidad, porque él hace la obra del Señor así como yo.
11. Por tanto, nadie le tenga en poco, sino encaminadle en paz, para que venga a mí, porque le espero con los hermanos.
12. Acerca del hermano Apolos, mucho le rogué que fuese a vosotros con los hermanos, mas de ninguna manera tuvo voluntad de ir por ahora; pero irá cuando tenga oportunidad.
Salutaciones finales
13. Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos.
14. Todas vuestras cosas sean hechas con amor.
15. Hermanos, ya sabéis que la familia de Estéfanas es las primicias de Acaya, y que ellos se han dedicado al servicio de los santos.
16. Os ruego que os sujetéis a personas como ellos, y a todos los que ayudan y trabajan.
17. Me regocijo con la venida de Estéfanas, de Fortunato y de Acaico, pues ellos han suplido vuestra ausencia.
18. Porque confortaron mi espíritu y el vuestro; reconoced, pues, a tales personas.
19. Las iglesias de Asia os saludan. Aquila y Priscila, con la iglesia que está en su casa, os saludan mucho en el Señor.
20. Os saludan todos los hermanos. Saludaos los unos a los otros con ósculo santo.
21. Yo, Pablo, os escribo esta salutación de mi propia mano.
22. El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. El Señor viene.
23. La gracia del Señor Jesucristo esté con vosotros.
24. Mi amor en Cristo Jesús esté con todos vosotros. Amén.

martes, 25 de agosto de 2020

LA BIBLIA: 1 CORINTIOS 15

 
LA BIBLIA
1 CORINTIOS 15
 
La resurrección de los muertos
1. Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis;
2. por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.
3. Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;
4. y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;
5. y que apareció a Cefas, y después a los doce.
6. Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen.
7. Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles;
8. y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí.
9. Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios.
10. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.
11. Porque o sea yo o sean ellos, así predicamos, y así habéis creído.
12. Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos?
13. Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó.
14. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.
15. Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan.
16. Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó;
17. y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados.
18. Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron.
19. Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres.
20. Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.
21. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos.
22. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.
23. Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.
24. Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia.
25. Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies.
26. Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte.
27. Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas.
28. Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.
29. De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué, pues, se bautizan por los muertos?
30. ¿Y por qué nosotros peligramos a toda hora?
31. Os aseguro, hermanos, por la gloria que de vosotros tengo en nuestro Señor Jesucristo, que cada día muero.
32. Si como hombre batallé en Efeso contra fieras, ¿qué me aprovecha? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, porque mañana moriremos.
33. No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.
34. Velad debidamente, y no pequéis; porque algunos no conocen a Dios; para vergüenza vuestra lo digo.
35. Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán?
36. Necio, lo que tú siembras no se vivifica, si no muere antes.
37. Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, ya sea de trigo o de otro grano;
38. pero Dios le da el cuerpo como él quiso, y a cada semilla su propio cuerpo.
39. No toda carne es la misma carne, sino que una carne es la de los hombres, otra carne la de las bestias, otra la de los peces, y otra la de las aves.
40. Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales; pero una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales.
41. Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en gloria.
42. Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción.
43. Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder.
44. Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.
45. Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.
46. Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual.
47. El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.
48. Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales.
49. Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.
50. Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.
51. He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados,
52. en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
53. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.
54. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.
55. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?
56. ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.
57. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
58. Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.