jueves, 21 de mayo de 2020

LA BIBLIA: JUAN 10

 
LA BIBLIA
JUAN 10
Parábola del redil
1. De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador.
2. Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es.
3. A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca.
4. Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.
5. Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.
6. Esta alegoría les dijo Jesús; pero ellos no entendieron qué era lo que les decía.
Jesús, el buen pastor
7. Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas.
8. Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas.
9. Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.
10. El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
11. Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.
12. Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa.
13. Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas.
14. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,
15. así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.
16. También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.
17. Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.
18. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.
19. Volvió a haber disensión entre los judíos por estas palabras.
20. Muchos de ellos decían: Demonio tiene, y está fuera de sí; ¿por qué le oís?
21. Decían otros: Estas palabras no son de endemoniado. ¿Puede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos?
Los judíos rechazan a Jesús
22. Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno,
23. y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón.
24. Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente.
25. Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí;
26. pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.
27. Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,
28. y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
29. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
30. Yo y el Padre uno somos.
31. Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle.
32. Jesús les respondió: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis?
33. Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios.
34. Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois?
35. Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada),
36. ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?
37. Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis.
38. Mas si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre.
39. Procuraron otra vez prenderle, pero él se escapó de sus manos.
40. Y se fue de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde primero había estado bautizando Juan; y se quedó allí.
41. Y muchos venían a él, y decían: Juan, a la verdad, ninguna señal hizo; pero todo lo que Juan dijo de éste, era verdad.
42. Y muchos creyeron en él allí.

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